

Maria Isabel Burcet

Mentora en Consciencia Integrativa
Siempre hay un después de la tormenta.
Cada final abre un nuevo comienzo.
Toda muerte es transformación.
Todo conflicto, una semilla de aprendizaje.
Cada nuevo camino guarda un nuevo principio.
Acompaño tu evolución desde el lugar del mundo donde te encuentres
Soy María Isabel Burcet, aunque muchas personas me conocen simplemente como Isa.
Nací un 18 de octubre en Buenos Aires (Argentina).
Desde muy temprano, mi vida se transformó en una búsqueda incesante: de sentido, de verdad, de expansión.
Nunca me conformé con lo visible. Mientras el mundo repetía certezas, yo ya intuía que las respuestas importantes estaban en otra parte.
La curiosidad fue mi brújula.
La conciencia, mi hogar en construcción.
Me formé como Perito Grafóloga Superior, Master en Hipnosis Ericksoniana y PNL, y Diplomada en Neurociencias, Psicogenealogía, Física Cuántica Aplicada, Psicosomática Clínica, Neurosicoeducación, Neuroliderazgo y Resolución de Conflictos. Actualmente, estudio Filosofía en la Universidad de Edimburgo (Escocia), como parte de un compromiso permanente con la profundidad y el pensamiento crítico.
Desde 2012 acompaño procesos de transformación como terapeuta bioneurocognitiva, mentora, formadora y conferencista. He creado mi propia metodología: I.G.N.E.A. – Ingeniería Neuronal Inversa, una vía práctica para desactivar automatismos mentales y reconectar con la dimensión más lúcida del ser.
Después de dieciocho viajes a las tierras de mi linaje paterno —raíces catalanas, herencia cátara— decidí habitar ese llamado ancestral. Hoy vivo entre España y Argentina, entre memorias simbólicas y porvenires fértiles.
No vine a repetir fórmulas.
Vine a crear puentes entre ciencia, historia, emoción y propósito.
A recordar —con otros— que la verdad que transforma no se impone: se encarna.

El Camino
El cuerpo es un organismo que funciona como una gran celda de información: archiva no solo las experiencias emocionales del individuo, sino también las del inconsciente colectivo y familiar. En él se inscriben la visión particular del mundo y las elecciones que de ella derivan.
A su vez, el sistema de pensamiento del ser humano ha sido moldeado por siglos de dogmas, creencias y condicionamientos que instalaron la idea de una “poca relevancia” de los actos propios y una “falta de protagonismo” como agentes de cambio en la Nueva Humanidad.
Nuestros propósitos más elevados fueron sepultados bajo una falsa jerarquía de prioridades impuesta por el Ego Biológico, el programa base del cerebro primitivo: existencia, pertenencia y validación.
La estructura neuronal del cerebro funciona como un entramado de surcos: los pensamientos tienden a fluir siempre en la misma dirección, reforzando conductas automatizadas. Así, la repetición consolida caminos conocidos, y cualquier propuesta diferente activa filtros de seguridad cuyo objetivo es conservar energía. A eso lo llamamos resistencias, excusas o simplemente saboteadores.
Adquirir el control del propio comportamiento exige esfuerzo y perseverancia, porque el cambio requiere constancia y disciplina.
La repetición genera sensación de seguridad. Es una zona conocida, protegida por la mecanización de pensamientos y respuestas automáticas. Ese espacio es lo que llamamos zona de confort.
Pero esa comodidad trae consecuencias: limita la experiencia, genera inercia vital y estancamiento emocional. Conduce a la frustración, el aburrimiento, la tristeza, incluso la depresión.
Con el tiempo, el automatismo apaga la capacidad de explorar desafíos, de crear nuevos estímulos. Esa zona gris induce a seguir por la ruta rápida (lo conocido, el cerebro primitivo), mientras que preguntas fundamentales como:
— ¿Es este sistema de pensamiento realmente propio, saludable, elegido?
— ¿Mis hábitos están orientados al bienestar y a la libertad?
...quedan silenciadas por el hábito de la mecanicidad.
Las resistencias al cambio son naturales, sí, pero no por eso deben conducir nuestros actos.
Aun con riesgo de desaciertos, la fuerza pulsional del ser humano insiste: quiere expresarse como el gran motivo para iniciar un nuevo camino —la propia vida.
El viaje hacia la ecología emocional comienza con observación, compromiso y constancia. Interpretar los sentidos, observar los efectos de mirarse a sí mismo, y reconocer qué se elige pensar, son acciones fundacionales para el cambio personal.
Abrirse a nuevas posibilidades permite descubrir regalos inesperados, fuera del encierro que la zona de confort promete.
Nadie puede asegurar el éxito del cambio.
Pero sí podemos ser dueños de nuestros aciertos y errores, y convertirnos en mensajeros de claridad y evolución.
Como especie, disponemos de recursos extraordinarios.
Solo resta dejar atrás las huellas del pasado y restablecer el enfoque en el presente.
Para el Bien Mayor.
Porque la vida —es El Camino.

Diseñar un proceso transformacional no es aplicar fórmulas, es leer con precisión lo Lo
Trabajo con personas que sienten que algo debe cambiar, aunque no siempre sepan qué o cómo. Lo que ocurre en sesión no es magia, pero sí un encuentro revelador: pensamiento, emoción y cuerpo se alinean para que aparezca lo esencial.
📌 Modalidades de acompañamiento disponibles:
– Sesiones individuales 45’
Para quienes desean explorar temas personales, decisiones existenciales, síntomas físicos, vínculos o bloqueos emocionales.
– Sesiones para parejas o más de una persona (duración variable)
Un espacio compartido para quienes están listos para mirar sus dinámicas vinculares con honestidad, sin intermediarios ni máscaras.
– Arquitectura del Cambio – Acompañamiento personalizado
Proceso de aprendizaje y expansión destinado a profesionales, terapeutas o personas en búsqueda profunda de consciencia. Modalidad individual o grupal.
🌀 Cada proceso es único. El tiempo, la frecuencia y la profundidad del acompañamiento se diseñan según tus necesidades.
María Isabel Burcet
Isa Burcet
Maria Isabel Burcet
Salir de la Pecera de Maria Isabel Burcet


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